Depresión Infantil

Para la mayoría de los niños, los síntomas de depresión se corrigen con tratamientos como medicamentos y terapia psicológica, la idea es tomar dicho tratamiento lo antes posible a fin de evitar las consecuencias y secuelas que la depresión infantil puede acarrear, de no tratarse en el momento idóneo

La depresión en los niños, debido a los síntomas que presentan, puede llegarse a ver camuflajeada por aspectos propios de la infancia como lo son la rebeldía, la desobediencia, el llanto persistente, apegos a los padres y demás personas cercanas, la poca o nula tolerancia a la frustración

La depresión es un trastorno emocional grave que se puede presentar a cualquier edad a lo largo de la vida de una persona, cabe resaltar que la infancia no es la excepción a este trastorno, dado que, es un momento propicio de la vida de los seres humanos para que dicha patología tome postura y genere verdaderos momentos negativos en la existencia de los más pequeños, llegando a proporcionar sentimientos profundos y persistentes de tristeza constante, frustración, angustia, miedos generados, irritabilidad, apegos dañosos y una serie de aspectos que pueden ir en contra de su desarrollo y desempeño como niño que es, marcando de una manera poco favorable la ruta emocional del adulto del mañana.

Es de resaltar que muchas veces la depresión en los niños, debido a los síntomas que presentan, puede llegarse a ver camuflajeada por aspectos propios de la infancia como lo son la rebeldía, la desobediencia, el llanto persistente, apegos a los padres y demás personas cercanas, la poca o nula tolerancia a la frustración, “la cierta manipulación que suelen ejercer los niños sobre sus padres o cuidadores”, el perjudicial habito de hacer las cosas a su manera, y en general todos aquellos aspectos que componen la infancia, por lo cual los padres o tutores pueden pasarlo de manera desapercibida y no consultar de modo oportuno, lo que evidentemente puede empeorar el cuadro clínico del pequeño.

Por ello entonces, y a fin de poder direccionar a los niños y entender lo que sucede al interior de sus mentes y emociones, se hace necesario el adoptar patrones óptimos que se enfoquen en una crianza responsable, la cual permita conocer de cerca los sentimientos, manera de pensar, actuar, responder y vivenciar todo cuanto sucede alrededor de sus vidas, lo cual incluye el comportamiento en casa de cara a su familia y seres queridos, la escuela y todo cuanto la componen, sus actividades extracurriculares, sus amistades e inversión del tiempo libre y en general todo lo que conforma su pequeño mundo.

Recuerde siempre que los niños son seres que se encuentran en pleno desarrollo y formación, lo que de manda de usted como padre; acompañamiento, dirección, corrección, comprensión y proveer para ellos, dado que los niños dependen en todo momento de sus padres de una manera absoluta, lo que indica que todo cuanto suceda con ellos es responsabilidad de sus padres o tutores, por ello entonces solo de esta manera los adultos a su cargo podrán percibir de manera oportuna, tanto los aspectos y cambios positivos como negativos, y dentro de ello se encuentran los cambios sustanciales en su manera de comportarse y sentir.

Ahora bien, si claramente los padres de cara al acompañamiento que brindan a sus niños, pueden lograr tener un panorama amplio y casi que suficiente, con respecto a cualquier cambio en su forma de actuar, ello les permitirá diferenciar con claridad, aspectos tan delicados en los niños que los lleven a comprender que se encuentran en un escenario diferente a una pataleta o una simple tristeza infantil, de un verdadero cuadro clínico, el cual puede incluir un trastorno emocional grave como lo es la depresión infantil, y consultar así de una manera oportuna y ayudar al pequeño con el tratamiento adecuado.

Es pues la depresión infantil una patología o trastorno grave que arroja a los niños a un sentimiento de tristeza constante y prolongado en el tiempo, el cual se encarga de restarle importancia a las actividades que antes disfrutaba realizar, afectando de esta manera los sentimientos, las emociones, el pensamiento y por ende el comportamiento del niño, lo que evidentemente puede decantar en provocar problemas emocionales, funcionales y físicos.

Ahora bien, si partimos entonces del hecho de que, la depresión en los niños no es una simple debilidad o adinamia, donde los niños no quieren ni asistir a la escuela, estaríamos claros entonces que, no es algo que se pueda superar con el pasar del tiempo o con fuerza de voluntad, dado que estamos de cara a un trastorno grave, el cual requiere de tratamiento a largo plazo. Para la mayoría de los niños, los síntomas de depresión se corrigen con tratamientos como medicamentos y terapia psicológica, la idea es tomar dicho tratamiento lo antes posible a fin de evitar las consecuencias y secuelas que la depresión infantil puede acarrear, de no tratarse en el momento idóneo.

Los síntomas de la depresión infantil pueden incluir aspectos tan delicados como; cambios de actitud, lo que refiere a su vez cambios en el comportamiento, los cuales pueden incluir angustia y dificultades significativas en la escuela o el hogar, en las diferentes actividades extracurriculares o en otros aspectos de la vida, como su auto estima, autodeterminación, la confianza en sí mismos y por supuesto el anhelo de crecer siendo útil para la sociedad y el aportarle significativa y positivamente a está.

Es de aclarar que los síntomas pueden ir de menos a más, y en ello influye directamente la dificultad o gravedad con que se presenten, donde los cambios en las emociones y el comportamiento de los niños puede denotar los mismos patrones o afines, y es que en los niños más pequeños, los síntomas de depresión pueden consistir en el reflejo de una tristeza profunda, alta probabilidad de irritabilidad, apegos dañosos, preocupación excesiva, dolores injustificados en cuerpos sanos, negarse a ir a la escuela o a cooperar en con su alimentación.

Aunado a los síntomas ya indicados, también se puede evidenciar en los niños que se enfrentan a el trastorno de depresión, cambios emocionales tales como:

Llanto sin razón aparente o justificación alguna
Relevantes sentimientos de frustración, vacío, ira, irritabilidad, desasosiego, desesperanza, baja autoestima, sentimientos de culpa o reproches
Pérdida interés o disfrute en las actividades cotidianas, como la escuela, sus juguetes, amigos, juegos y actividades extracurriculares
Poca o nula tolerancia a la frustración, sensibilidad extrema al rechazo y por ende, excesiva necesidad de aprobación

Demarcada y evidente dificultad para pensar, concentrarse, tomar decisiones y recordar aspectos de importancia

Cambios comportamentales tales como:

Adinamia reflejada en cansancio extremo y pérdida de energía
Evidentes alteraciones de sueño, lo cual se ubica en los extremos de los hábitos del sueño, y es que ello se puede presentar a manera de insomnio o por el contrario duermen de una manera desmedida

Trastornos alimenticios, lo que puede referir poco o nulo apetito o ingesta excesiva de alimentos
Agitación o desasosiego, ejemplo de ello sería caminatas intranquilas, frotarse las manos o la imposibilidad de quedarse quieto
Lentitud al razonar, hablar o realizar movimientos corporales
Aislamiento
Ausencia frecuente en la escuela y bajo rendimiento académico